Durmiendo a Andrea (pequeños secretos)

Hace muchos muuuchos años, antes de que Lekes fuera Lekes, incluso antes de que fuera mi Nena, yo hacía dormir a Andrea.
¿Cómo? os pregutareis... Mientras ella daba cabezazos contra la cama con la cabeza hacia abajo, yo lo hacía con la cabeza hacia un lado (sí, nos dábamos cabezazos contra la cama... o pensábais que Andrea esta loca así porque sí...?) Así, ella tenía las orejas libres para escuchar y yo, la boca despejada para cantar. "Otra!" me decía ella con su vocecita, que se cortaba con los cabezazos... entonces yo decía, cuál; y ella me respondía la de Pepito Zanahoria. Así que puede que por segunda o tercera vez esa noche, yo empezaba a cantar: (si la sabes, ¡canta!)

Han Puesto una librería,
con los libros muy baratos, con los libros muy baratos.
Hay un letrero que dice:
Aquí se vende barato, aquí se vende barato.
Manuel deme usted la espada,
que me voy a torear, que me voy a torear
que me han dicho los toreros
que un toro le va a matar, que un toro le va a matar.
A mi no me mata un toro,
ni tampoco los toreros, ni tampoco lo toreros,
a mi me mata una chica,
que tenga los ojos negros, que tenga los ojos negros.
Y tú como no los tienes,
morenita no te quiero, morenita no te quiero.
Y tú, como si los tienes
morenita sí te quiero, morenita sí te quiero
Al pasar por tu casita,
un mosquito me picó, un mosquito me picó.
Le tiré de las orejas, le tiré por el balcón, le tiré por el balcón.
Y aquí se acaba la historia,
de Pepito zanahoria, de Pepito Zanahoria.

No sé por qué le gustaba esta más que ninguna, pero aún hoy, duermo con la cabeza hacia un lado, hacia el lado donde siempre dormía mi hermana.
Te quiero Nena